La administración Biden-Harris comienza con toda su fuerza para revertir el daño de los últimos cuatro años, construyendo un sistema de inmigración justo, humano y funcional. Actualmente se estima que 11 millones de personas en los Estados Unidos son indocumentadas. La comunidad de inmigrantes trabaja, paga impuestos y contribuye a nuestra sociedad, pero no cosecha los beneficios de ser ciudadano. Eso debe cambiar.

La promesa de ayudar a la comunidad inmigrante el primer día de la administración Biden-Harris se está cumpliendo, con una serie de órdenes ejecutivas programadas para el primer mes. La nueva administración debe imponer una moratoria en la aplicación, desmantelar la maquinaria de detención y deportación impulsada por administraciones anteriores y construir un enfoque fundamentalmente nuevo para gobernar la inmigración, centrado en un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados, incluidos millones de personas que están sirviendo en roles esenciales en la primera línea de la pandemia.

 

 

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